El panorama de los métodos de pago está en constante evolución. Hoy en día, los clientes tienen muchas opciones al comprar. Pueden escanear un código QR, usar un monedero electrónico, u optar por un servicio de “compra ahora, paga después.”
La única pregunta es: ¿cómo puedes decidir cuál es el mejor método para pagar?
El conocimiento es poder.
Aquí tienes un pequeño resumen de los cinco métodos de pago más populares en el mercado:
1. Efectivo
Hace mucho tiempo, el efectivo era rey en América. Los billetes físicos y las monedas estaban por doquier.
En años recientes, sin embargo, el dinero en efectivo pasó a segundo plano en favor de las finanzas digitales. Para el 2024, el efectivo representará menos del 13% de todos los pagos hechos en tiendas.
Aunque el efectivo sigue siendo conveniente — en especial para dejar propinas en el restaurante, salón de belleza o café — su valor general se ha visto amenazado por las tarjetas y monederos electrónicos.
Además, el efectivo también ha sido cuestionado por ser antihigiénico.
De hecho, durante el periodo más álgido de la pandemia, algunas tiendas se rehusaron a aceptar dinero en efectivo para mitigar la propagación del virus.
2. Cheques
Para generaciones anteriores, el cheque no era solo un método de pago. Era el método de pago. Las personas firmaban cheques en los supermercados, gasolineras, restaurantes y cualquier establecimiento en general.
Sin embargo, hoy en día los cheques están siendo cada vez más obsoletos, excepto quizás para pagar las cuentas de servicios. Hace ya casi una década, el Banco de la Reserva Federal de Filadelfia (Federal Reserve Bank of Philadelphia) predijo la extinción de los cheques físicos para el 2026.
Cada año, la predicción se hace más certera. ¿Qué ha causado este declive?
Aunque hay muchos factores, los cheques son, en última instancia, ineficientes cuando son comparados con las tarjetas de crédito y débito.
Después de todo, una vez que el cheque está firmado, se tiene que cobrar físicamente — en un cajero, en el banco o a través de una app móvil.
Y si los cheques se mandan por correo, su arribo seguro y a tiempo se vuelve totalmente dependiente de variables como el clima, el tráfico y el error humano.
Con las tarjetas, sin embargo, las transacciones son prácticamente instantáneas.
Nota: Desde el punto de vista de la seguridad, los cheques tienen una gran falla en su diseño: deja los números de cuenta y de ruta al descubierto, lo que hace a los usuarios más susceptibles a los fraudes.
A pesar de estas inquietantes características, los cheques tienen la ventaja de dejar un rastro documental fácil de controlar. En otras palabras, siempre podrás determinar cuándo los cheques son recibidos o depositados.
3. Tarjetas de crédito
Las tarjetas de crédito siguen siendo muy populares, y con buena razón. Son muy seguras y bastante convenientes, tanto así que, en el año 2021, representaron el 40% de todos los métodos de pago utilizados en tiendas.
Puedes pasar (o acercar) tu tarjeta de crédito en una terminal de la tienda. Las puedes usar en línea. Y, en caso sufrir un cargo fraudulento, puedes reportarlo fácilmente a la empresa que maneja la tarjeta de crédito.
Gracias a los procedimientos de reembolso, puedes resolver disputas de pagos o que te devuelvan tu dinero perdido.
En palabras de Frank Abagnale, “El [método de pago] más seguro son las tarjetas de crédito porque estás usando el dinero del banco. Si alguien consigue acceso a tu información, estarán robando el dinero del banco, no el tuyo.”
Además, el uso responsable de las tarjetas de crédito — y los pagos a meses que se liquidan puntualmente — puede mejorar tu historial crediticio FICO® y posiblemente obtener dinero de vuelta, millas aéreas u otros beneficios.
Nota: Ten cuidado con las tasas de interés elevadas, las cuales han metido a muchos americanos en cantidades récord de deudas por uso excesivo de tarjetas de crédito.
4. Tarjetas de Débito
Una tarjeta de débito es, en esencia, efectivo — en forma de tarjeta.
Después de todo, cuando accedes a un cajero, puedes usar tu tarjeta de débito para retirar tu dinero.
Aun así, mientras que las tarjetas de crédito son como un préstamo personal, una tarjeta de débito es muy diferente.
Cada vez que pagas con tu tarjeta de débito, el dinero es instantáneamente deducido — o “debitado” — de tu cuenta.
Una tarjeta de débito no tiene línea de crédito.
Por lo tanto, se puede decir que las tarjetas de débito tienen la conveniencia de las tarjetas de crédito sin el riesgo de acumular una deuda significativa (e intereses compuestos).
Por supuesto, esta ventaja se mitiga con sus posibles desventajas.
Por un lado, una vez que el dinero sale de tu cuenta, básicamente desaparece.
Si alguna vez tienes que lidiar con fraude en tu tarjeta de débito, puede ser mucho más difícil revertir esos cargos que hacerlo con una tarjeta de crédito.
Nota: Si mejorar tu puntaje FICO® es tu meta personal, asegúrate de usar una tarjeta de crédito. De acuerdo con Experian, las tarjetas de débito no influencian tu historial crediticio.
5. Monederos electrónicos
Las tarjetas de crédito y débito han sido digitalizadas en monederos electrónicos — y con gran entusiasmo.
Alrededor del mundo, los consumidores están utilizando sus smartphones y smartwatches para realizar compras en cuestión de segundos.
Apple Pay y Google Pay son quizás los monederos electrónicos más icónicos, ya que el año pasado registraron más de 40$ billones en pagos en los Estados Unidos.
¿Eres nuevo usando monederos electrónicos? No te preocupes.
Lo único que tienes que hacer es sostener tu dispositivo móvil encima de una terminal de pago, poner tu contraseña (junto a tu identificación de rostro o huella digital) y listo.
La conveniencia de este método está haciendo que las personas lo adopten. Probablemente, un tercio de la población mundial tendrá monederos electrónicos para el 2024.
Nota: Gracias a la “verificación en dos pasos,” los monederos electrónicos son sorprendentemente seguros. Aun si alguien se roba tu teléfono, es poco probable que el ladrón pueda tener acceso a tu información financiera.
Mandar Dinero a Casa
Aunque el efectivo, las tarjetas y los cheques tienen su propósito, todos se quedan cortos en un área esencial: no pueden mandar dinero a tus amigos, familiares o seres queridos que viven en el extranjero.
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